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Soy politólogo y especialista en proyectos de desarrollo, actualmente me desempeño como concejal de mi natal Zipaquirá y en simultánea adelanto estudios de maestría en políticas públicas, lo anterior en la Universidad Nacional de Colombia.

Primeros años y educación

No es fácil hablar de tu historia, no sabes si empezar por lo que te cuentan o lo que recuerdas, pero bien, aquí vamos.

Nací en Zipaquirá en 1979, año en el que empezó la televisión a color en Colombia. Crecí en el Barrio San Rafael, en el que mis abuelos junto a la comunidad ayudaron a construir las casas, las vías, la iglesia y los parques.

Me formé en una familia donde mi mamá era cabeza de hogar, crecer así sin duda te da otro punto de vista sobre la vida.

A mis 11 años participé como pregonero y sin saberlo fui parte del acontecimiento histórico más importante de los 90 “la séptima papeleta” que dio paso a la creación de la Constitución de 1991.

Estudié mi bachillerato en el Instituto Técnico Industrial, hice parte del Consejo Estudiantil y de la creación de la emisora escolar, fue así como pasé buena parte de los descansos poniendo música para alegrar a los estudiantes. Aparte de los amigos y los buenos momentos, lo que más recuerdo de los 90s eran las noticias sobre la violencia en el país y a mi madre luchando todos los días.

En esa época crecimos también con el Rock en español, recuerdo mucho una canción que siempre me ha gustado, Brillante Sobre El Mic de Fito Páez, también crecimos con el merengue y la salsa, uno de mis géneros preferidos. 

Es muy difícil salir del bachillerato y no encontrar oportunidades claras. Al terminar el colegio trabajé un año como guía en Catedral de Sal, después logré pasar a la Universidad Nacional de Colombia y estudié Ciencias Políticas. Hoy me pregunto ¿qué hubiera sido de mi vida sin la educación pública?

Siempre me impresionó ver todo lo que pasaba a diario en el país y después de estudiar la historia, la economía y el sistema político, entendí porque estábamos como estábamos.  Lo primero que pensé como les pasa a muchos, fue en irme del país, pero decidí quedarme para tomar una posición de protagonista más que de espectador.

Mientras algunos preferían ver telenovelas, en el 2005 yo andaba pendiente de los debates en el Congreso, allí fue donde empecé a escuchar a Gustavo Petro, eso me animó a pensar que este país necesitaba que se le dijeran muchas verdades que no todo el mundo estaba dispuesto a decir.
 
Experiencia y trayectoria política
 

La vida me llevó a trabajar a una zona de conflicto (Rioblanco, Tolima), hice monitoreo a un programa de sustitución de cultivos ilícitos. Me encontré de frente con los efectos de la guerra más allá de las noticias, a los campesinos perdidos entre el temor hacia los grupos ilegales y el abandono del Estado al campo colombiano.

Al regresar trabajé como Coordinador del Componente Social de Familias en Acción en Cundinamarca, aprendí que la política de subsidios es importante, pero no es suficiente para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas.

En 2008 fui concejal independiente por el Polo Democrático, un partido naciente que se presentaba por fuera de los partidos tradicionales. Hice un control político responsable y logré estudiar el municipio desde todas sus dimensiones. Fui ponente del proyecto de Acuerdo que dio inicio a la construcción del Nuevo Hospital de Zipaquirá.

Mi primera candidatura a la alcaldía en 2011 por el Polo Democrático, fue una verdadera maratón: construir plan de gobierno, conseguir financiación para difundirlo y caminar por Zipaquirá entregándolo puerta a puerta, todo en tan solo cuatro meses.  Algunos me veían muy joven y decían que no tenía experiencia, los jóvenes me miraban con extrañeza por meterme en política y por ver a lo que me enfrentaba, algunos lamentaban que no tuviera más fuerza, pero la frase que más me repetían era: “Eso sin plata y maquinaria no se puede”. Hoy sigo convencido que no es así, que una cosa es el dinero y la maquinaria y otra el valor y el poder de la comunidad.

No logramos ganar, pero en esa época no todo fue perdido, conocí a la que hoy es mi esposa, Juliana Rodríguez, la había visto recorriendo las calles de Zipaquirá con el mismo objetivo de construir un lugar diferente, en ese entonces ella era líder de la Ola Verde, movimiento que apoyó a Mockus a la presidencia.

Pasada la campaña nos vinculamos a un nuevo movimiento político, Progresistas hoy Colombia Humana, un movimiento que representa una visión social y moderna del Estado.

Y como la vida es una constante toma de decisiones una vez acabó la campaña tuve que decidir entre dos propuestas; trabajar para la Alcaldía de Bogotá Humana o construir el componente de Desarrollo Económico en Zipaquirá.

Surgió la inquietud dentro del equipo de trabajo ¿Qué tal si poníamos en práctica parte de nuestro Plan de Gobierno en Zipaquirá? ¿Qué tal si demostrábamos que éramos capaces de administrar de manera eficiente y transparente? Así fue como decidimos quedarnos en Zipaquirá a liderar la secretaria de Desarrollo Económico, Agropecuario y de Turismo.

Bajo mi gestión Zipaquirá subió en tal solo dos años del puesto 92 al 4 en desarrollo rural en todo el departamento; exportamos uchuva; impulsamos cultivos de quinua, hortalizas y familias con gallinas campesinas ponedoras de huevo; creamos asociaciones campesinas, mejoramos la producción lechera, fortalecimos los mercados campesinos y su espacio en la plaza de mercado.

También, aportamos al turismo, al emprendimiento y al desarrollo microempresarial. Creamos el consejo municipal de turismo, el fondo de emprendimiento PROGRESA, el proyecto CASA DEL NOBEL, el ÁLBUM DESCUBRE ZIPAQUIRÁ, el punto de información turística y de artesanos en la estación del tren y la orientación turística del centro histórico.

Con el fin de tener un mejor conocimiento para aportar al progreso de Zipaquirá hice una especialización en proyectos de desarrollo y un diplomado en cooperación para el desarrollo.

Creo que en la educación está el camino para avanzar y lograr grandes cambios, por eso también he sido profesor universitario.

Con una sensación de satisfacción al ver los resultados reales de nuestra gestión, en el 2015 fui candidato a la Alcaldía de Zipaquirá, obtuvimos casi 10.000 votos de gente convencida en una política diferente, sin derroche de dinero ni maquinarias y construimos el mejor plan de gobierno a través de nuestros diálogos ciudadanos.

En el 2017 y durante 2 años asumí la Subgerencia de Educación, Cultura y Patrimonio del Municipio de Cogua. Se crearon nuevas escuelas culturales que incluyeran la población rural, el adulto mayor y personas diversamente hábiles; se lograron victorias en competencias nacionales y regionales de danza folclórica y teatro de calle y se realizó una alianza con la Universidad Militar, donde los estudiantes de grado 11 adelantaron estudios en agricultura limpia.

Me han dicho que para ser político debo abrazar más, decir más, entretener a la gente, pero no creo que la política deba ser de apariencias, de fiestas momentáneas y frustraciones futuras.

Lo que no saben algunos es que soy bastante observador y escucho a las personas para entender sus realidades. Estoy convencido que la tranquilidad de hacer las cosas bien y la experiencia te permiten actuar con serenidad y resultados.

En el año 2019 nuevamente con toda la convicción y esperanza fui candidato a la alcaldía, Zipaquirá respaldó nuestras propuestas a través de más de 20 mil votos. Esto es una clara muestra de que los zipaquireños queremos una administración que represente y trabaje por el cambio.